Nos volvimos en apariencia fuertes pero, si escarbamos un poco más allá, a lo mejor, justamente lo que perdimos era lo que nos hacía únicos. Ese sentimiento de amar tanto como para sentir temor de elegir una decisión equivocada. Esa que, en el fondo de nuesto corazón, sabemos que no es errada porque la venimos analizando desde hace mucho tiempo. Y si nos equivocamos… ¿qué? Cómo si el mundo no diera tantas y tantas oportunidades de hacerlo.Y vaya que las utilizamos.
Lo cierto es que decidí jugármela (a mi manera) y me puse un plazo, una última oportunidad y me salió mal. Afortunadamente, la otra parte me dio una mano increíble para no sentirme tan tonta y salir adelante. Qué loco eso de que a veces tu verdugo es el que te salva de morir.
En definitiva, cerrar algunos círculos está bien, siempre y cuando uno permita abrir otros nuevos; esos que están ahí, intactos esperando tal vez esa única oportunidad para demostrar y aseverar que nadie se cruza en la vida con otra persona por una cuestión de azar. Las relaciones, amistades, familia e incluso enemigos tienen una razón de estar allí, al lado nuestro.
Vayamos por el amor. Lo merecemos
Cuando se vienen los momentos de cambios hay que prepararse para ellos. Y yo, desde hace unos días lo estoy haciendo. Ees verdad que comenzar todo de nuevo agota a cualquiera. No hay dudas. Pero… ¿qué sería de la vida sin la conquista, aunque la misma dure una sola noche?
El encanto de saber que sólo será una única noche es indescriptible. Para eso, no hay que utilizar el celular; nada de pasar los contactos. Somos vos y yo y tenemos una noche -que puede ser única- por delante. De nosotros depende lo que vayamos a hacer con ella.
Mis noches favoritas, como ya lo conté en otras historias, siempre estuvieron acompañadas de una charla exquisita sobre literatura. La política es agotadora y sólo genera conflictos, pero la literatura une. Podremos estar a favor o en contra de los textos de algún autor pero en el fondo nos apasiona pasar largas horas debatiendo sobre los personajes más polémicos de nuestros escritores favoritos. Porque acá no hay rivalidades, hay pasión. La pasión de leer una historia y sentir que nos tocó el alma como ninguna otra.

Será una cita de nerds, pero… ¿qué entienden ellos? Tan iguales, tan temerosos, tan vacíos.
Vivamos la noche de literatura, de amor, de lo que sea porque esas noches -tan efímeras- suelen permanecer en la mente largos años.
Es momento de salir, de amar, de buscar el amor correcto o el que nos distraiga y nos saque de foco.
Ya estuvimos quietos mucho tiempo. Ya ni el frío debería detenernos.

































