Que tu voz juegue para vos
No sólo locutores, periodistas, actores, educadores y oradores necesitan de la voz para trabajar. Si bien es verdad que algunas actividades y profesiones exijen más a esta manera de comunicar, también es cierto que cuidar nuestra voz nos ayudará no sólo a proteger la salud de nuestro aparato fonador. La preservación integral de la voz nos brindará mayor seguridad al momento de defender una idea o de, simplemente, socializar.
Porque una voz cuidada, potente y equilibrada es una carta de presentación que siempre nos jugará a favor.
Para un buen cuidado de la higiene vocal, en este texto repasaremos una lista de consejos que conviene recordar.
A) Si tu trabajo te asegura muchas horas de exigencia vocal, limitá todo lo que puedas el tiempo de hablar fuera de tu horario laboral. Dale descanso a tu voz.
B) Si el ambiente es muy ruidoso, no compitas el ruido con tu voz. Guardá silencio hasta que el ruido pase o baje su intensidad. Gritar no es la solución y suma un problema más.
C) Si estás resfriado, engripado, o con un ataque alérgico que afecte tu aparato fonador, evitá todo lo que puedas ponerte a hablar. Guardar silencio es el mejor consejo.
D) Los cambios de temperatura muy abruptos, por calefacción o aire acondicionado, son enemigos de tu garganta. Si no los podés evitar, abrí las ventanas y ventilá.
E) Las emociones extremas, y la ambición, invitan al estrés. Si la realidad circundante es estresante, y tenés que hablar, recordá tomarte un par de minutos para respirar profundamente, tres o cuatro veces. Tu voz fluirá con mucha más comodidad.
F) Evitá todo lo que puedas consumir, comiendo o exponiéndote a ellos, agentes irritantes que puedan desencadenar alergias. El aumento de secreciones que esos agentes producen, suele convertirse en un estado crónico que afecta a tu aparato fonador.
G) ¿Quién te apura? Hablá con calma, controlá el tiempo de tu exposición. Así vas a respirar mejor, coordinando con eficacia tu discurso y tu cuerpo todo. Recordá que cuando hablamos no sólo nos comunicamos con la voz.

H) Que el volumen de tu voz sea moderado siempre. Eso cuidará tu garganta y tu elegancia. Hablar a los gritos de manera habitual no es agradable de escuchar para nadie, y definitivamente no construye una buena imagen personal.
I) Aprendé a proyectar la voz. Consultá a un profesional o visitá algún tutorial online. Eso te puede ayudar.
J) Si tenés que forzar la voz para hacerlo, ¿por qué te vas a poner a cantar?
K) Tratá de no «aclararte» la garganta tosiendo de manera reiterada. Eso termina por irritarla.
L) La postura de tu cuello es importante al momento de hablar. Inclinar la cabeza, hacia abajo o a un costado, interrumpe el flujo correcto del aire y de tu voz. Hacete consciente de tu cuerpo cuando te estás por comunicar mediante el habla.
M) El consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales nunca es una buena idea. Si tenés que trabajar con tu voz tampoco te conviene fumar, beber o drogarte.
N) De la mano del punto anterior, prestale atención a la aparición de reflujo gastroesofágico. El consumo en exceso de alcohol es tan perjudicial, a los fines de cuidar nuestra higiene vocal, como el exceso al tomar café, mate o té. Comer muy picante o de modo muy abundante antes de acostarse tampoco es recomendable.
O) Cuidar tus ciclos de sueño nocturno es un paso importante para dominar la ansiedad y el Stress. Al momento en que tengas que hablar, haber dormido bien siempre te va a ayudar.
P) Que tu vestimenta sea tu aliada. Vestirte con ropa cómoda, y adecuada al momento que tenés que afrontar, también jugarán a tu favor cuando te toque hablar.
Q) El ejercicio físico siempre contribuye al mejoramiento general. También lo hace con tu aparato fonador.
R) Si el médico no te lo recomendó, ¿por qué vas a hacer reposo vocal? Para tu garganta, hablar cuidadamente, siempre es mejor que no hacerlo.
S) Controlar de manera periódica el funcionamiento de tu aparato fonador es algo que, si trabajás con la voz, tiene que ser parte de tu chequeo médico habitual. Incluilo en tu calendario personal.
La recomendación final, es simple y sirve para cuidar la voz, y para cuidarte en todo lo demás: antes de querer que te escuchen, escuchate primero vos. Tu cuerpo te dice lo que necesitás saber para comunicarte y estar en equilibrio, sentirte seguro y bien.

































