«Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.»
–Platón
¿Podemos pensar al amor como un sinónimo de enamoramiento? Frente a ello se pueden presentar diversas opiniones.
El psicoanalista y filósofo Erich Fromm decía que, cuando dejamos de estar enamorados es cuando comenzamos a amar ya que de esta forma, tenemos conocimiento del otro, sabemos sus virtudes pero también sus defectos y estamos dispuestos a aceptarlo.
Platón, en cambio, veía al amor como algo inalcanzable, aquel éxtasis el cual me hace observar que hay algo más allá de lo que nos gusta o nos atrae, pero esto se torna inalcanzable al darnos cuenta de que jamás podremos obtenerlo en un sentido absoluto, porque como seres humanos estamos encadenados al mundo material, a lo que nos rodea.
Pero si tomamos la postura de Platón ¿podemos pensar que el amor, en un sentido utópico, está condenado al fracaso?
Si traemos el concepto de amor a la actualidad vemos que, muchas veces, se presenta como un fracaso, en una sociedad en la cual las personas esperan ser amadas sin amar. Es por ello que, Fromm planteaba al amor como un acto de fe. Si tenemos fe, tendremos amor. ¿En qué se basa esa fe? Probablemente la fe de la cual habla Erich Fromm se presenta en un sentido altruista, en el amar desinteresadamente sin esperar la misma respuesta por parte de la otra persona.
Pero si sostenemos esta última postura, pensaríamos que el amor no debe ser recíproco y entraríamos en un dilema en el cual lo mutuo no se hace presente.
Entonces ¿se debe amar sin esperar nada a cambio o amo esperando que el otro también me ame?
Para ello, el psicoanalista alemán plantea tres tipos de amor:
El primero es el amor infantil el cual como hombre, amo porque me aman. El segundo es el amor maduro, donde me aman porque amo, es decir, te necesito porque te amo. Ya en el tercero el amor inmaduro, Fromm plantea que el hombre ama por necesidad, es decir, te amo porque te necesito.
En los argumentos de Fromm se hace presente la palabra necesidad, donde pensándolo en una forma conjunta observamos que el amor solo se puede desarrollar, siempre y cuando amemos a quien no necesitamos para lograr nuestros fines personales, ya sea el dejar de sentirnos solos o también por conveniencias materiales.
El escritor estadounidense Ralph Emerson decía:
«Ama y serás amado. Todo amor es matemáticamente justo, tanto como los dos factores de una ecuación algebraica.»
Y ahí es donde se puede presentar el eje inicial de amar, partiendo de un amor propio, ya que al presentarse ese amor y aceptación hacia nosotros mismos, podremos contar con la capacidad de amar a otros sin que sus defectos o virtudes nos pesen.
A lo largo del tiempo los prejuicios y los juicios hacia las personas se vieron cada vez más fortalecidos por el ego del hombre, que busca la perfección en los otros sujetos sin contemplar su propio interior y la belleza interna del que lo rodea.
En relación a ello, Fromm plantea dejar de lado las barreras que nos separan, si quitamos del medio aquello que nos aleja y nos volvemos personas más próximas o cercanas, encontraremos la manera de sentirnos uno y ese momento, para el filósofo, constituye una de las más estimulantes y excitantes circunstancias de la vida.