La demanda de conocimientos en programación y robótica aumenta ¿Cómo responde hoy el sistema educativo ante esta situación?
Una crisis, según el filósofo Antonio Gramsci, es cuando lo antiguo no termina de morir y lo nuevo de nacer. Actualmente, una situación similar se vive en la educación argentina. Hay una historia popular en la que uno de los personajes es médico y el otro es profesor; ambos deciden hacer un viaje de 100 años hacia el futuro para ver cómo han cambiado sus lugares de trabajo. El médico entra en un quirófano y ve instrumentos y herramientas completamente distintas a las de su época, a, lo que le impediría ejercer su profesión. Pero al profesor, nada le resulta extraño, cuando el profesor entra en el aula: la disposición de los objetos y de los alumnos sigue siendo la misma, el docente explica y escribe en una superficie similar a una pizarra y los alumnos toman notas en dispositivos portátiles. Los cambios indicarían que por más años que transcurran, el modo de dar clases no va a cambiar.
Durante el 2020 cambió el modo de impartir clases a nivel mundial y as clases virtuales fueron un golpe muy duro de la realidad para quienes se resistían al uso de las tecnologías. No obstante, a gracias a Internet, las compras, las videollamadas, las clases y el ejercicio de muchas profesiones fue posible, e incluso hoy en día, en algunos casos, se mantienen de este modo. A pesar de esto, todavía hay cierto recelo hacia el avance de la tecnología en la vida diaria, como si esta no avanzara a un paso acelerado. Por eso, la educación debe hacer frente a este avance en lugar de correr detrás de la tecnología. Debe preparar a los estudiantes para el futuro.
Pensemos de otro modo. En nuestra vida diaria convivimos con la tecnología. Un celular es un dispositivo que no se explota en su totalidad de funciones, sino que contiene decenas de aplicaciones que nos ayudan a hacer diferentes cosas, como transferencias bancarias, compras, afinar una guitarra o simplemente jugar con ellas. Nuestro sistema educativo argentino tiene en su diseño el objetivo de formar a los estudiantes en materia de programación y robótica. De esta manera, podrán entender la lógica de la programación, cómo funcionan los algoritmos y cómo funcionan los sistemas digitales. El mundo de mañana necesita que los jóvenes de hoy pasen de ser solo consumidores de tecnología a productores también. No se pretende que todos sean programadores. La función principal de la educación en programación y robótica no es simplemente entender cómo funcionan, sino poder aplicarlas en cualquier trabajo y profesión. Sí, en cualquiera.
Por ejemplo, los ingenieros pueden utilizar la programación y la robótica para desarrollar y mejorar sistemas y procesos en la industria, mientras que los diseñadores gráficos pueden utilizarlas para crear gráficos y animaciones de alta calidad. Incluso los médicos y los agricultores pueden aplicar estas habilidades en sus respectivas profesiones para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, así como para mejorar el rendimiento y la eficiencia de sus cultivos. Los profesores podrían usar las habilidades de programación para desarrollar aplicaciones para niños con problemas visuales.
¿Se puede aprender a programar en el aula?
Cuando se anuncia que hay un plan para enseñar programación y robótica, a veces las personas se imaginan una sucursal de la NASA. Pero no es el caso. La programación y la robótica son herramientas que se pueden utilizar en muchas áreas, no solo en la ciencia o la tecnología. No se trata de formar a todos los estudiantes para que sean programadores, sino de brindarles las herramientas necesarias para poder aplicarlas en su futuro trabajo o profesión.
¿Qué podemos hacer para aprovechar al máximo esta oportunidad de aprendizaje? Para aprovechar al máximo la oportunidad de aprendizaje que nos brinda la programación y la robótica en el aula, es importante tener en cuenta lo siguiente:
Proporcionar una formación práctica y orientada a proyectos. Los estudiantes aprenden mejor cuando pueden aplicar lo que han aprendido a situaciones concretas y cuando tienen la oportunidad de crear algo que tenga un propósito real.
Fomentar la creatividad y el pensamiento crítico. La programación y la robótica no son solo sobre escribir códigos, sino también sobre resolver problemas y pensar de manera lógica y crítica. Es importante fomentar estas habilidades en los estudiantes y darles la libertad de explorar y probar cosas nuevas.
Proporcionar un ambiente de aprendizaje colaborativo. La programación y la robótica son actividades que se pueden realizar en equipo y es importante fomentar el trabajo colaborativo y el aprendizaje en grupo. Los estudiantes pueden aprender mucho de sus compañeros y pueden ayudarse mutuamente a resolver problemas y superar obstáculos.
Ofrecer soporte y recursos adicionales. Aunque la programación y la robótica pueden ser desafiantes, es importante asegurarse de que los estudiantes tengan acceso a recursos y soporte adicionales para ayudarles a entender y superar las dificultades. Esto puede incluir materiales de apoyo, tutoriales en línea o acceso a las apps con las que se trabajan en clase para poder usarlas en su casa.
¿Qué actividades se pueden hacer?
Enseñar programación y robótica en el nivel inicial es una experiencia que cualquier docente debería tener. No es necesario que los niños y adolescentes pasen todo el tiempo escribiendo códigos, ya que la enseñanza de la programación ha avanzado mucho con el sistema de programación de bloques, donde programar es similar a un juego de encastre de colores. Casi todos los jardines y escuelas primarias de Argentina tienen robots y tablets o computadoras, según el nivel educativo. Las tablets de los jardines vienen con ciertos programas precargados, y uno de ellos se llama Scratch Junior, que es un software pensado para enseñar a programar a personas que no manejan la lecto-escritura. Y se pueden hacer diversas actividades para aplicarlas en diferentes asignaturas: animar un animal y que tenga sonido, un auto que viaje por la ciudad, que un personaje baile, o hacer una animación donde jugar con el sol, la luna, el día y la noche.
Con los robots sucede algo similar. En el nivel inicial existe el «Bluebot», un robot en forma de mariquita. Tiene funciones limitadas para avanzar, retroceder y girar 90 grados. El robot solo tiene 7 botones para realizar todas sus funciones, por lo que es muy intuitivo de usar. Incluso existen aplicaciones como «BeeBot», que es una abeja robot que tiene que ir a buscar flores a través de distintos niveles. Uno debe programarla y las funciones y controles que tiene son los mismos que «Bluebot».
En 2019, el Estado Nacional comenzó a distribuir tablets y robots para el nivel inicial. Estos no se dan a los alumnos directamente, sino que forman parte del inventario de las instituciones para ser utilizadas cuando los docentes lo dispongan.
Tanto las tablets como los robots son herramientas que cuenta el sistema para aplicar la educación STEAM, que tanto se demanda en el mercado laboral actualmente.
Programación y robótica: habilidades esenciales para el futuro
La programación y la robótica son habilidades cada vez más importantes para el éxito académico y profesional. La programación es el proceso de escribir y diseñar códigos para controlar computadoras y otros dispositivos electrónicos, mientras que la robótica se refiere al diseño y construcción de robots.
Ambas habilidades son esenciales para el desarrollo de aplicaciones y sistemas tecnológicos, y son cada vez más valoradas en una variedad de industrias. Además, aprender a programar y a trabajar con robots puede ser una forma divertida y entretenida de desarrollar habilidades en matemáticas, lógica y resolución de problemas.
Por otra parte, la programación y la robótica también pueden ser una forma valiosa de fomentar el pensamiento crítico y la creatividad en los niños, ya que les permite desarrollar soluciones innovadoras a problemas y crear proyectos originales.
Por último, el uso de este tipo de prácticas en el aula no solucionará todos los problemas educativos, pero sí puede ayudar a satisfacer algunas de las demandas del presente y del futuro.