Vivimos atravesados por un mundo de redes, medios digitales y periódicos que nos cuentan historias, sucesos y hasta nos aproximan a la realidad de aquel que está lejos de mi visión.
Todo esto podemos presenciar a través de fotografías que nos relatan permanentemente un acontecimiento. Pero… ¿Quién es el protagonista de las mismas? ¿Podemos ver la realidad de alguien mediante una foto?
Lo cierto es que la fotografía atraviesa nuestras vidas desde siempre, ya sea mediante postales o una selfie enviada por whatsapp a un amigo.
A lo largo del tiempo, la fotografía fue perdiendo valor. Si nos situamos hace unos siglos atrás, esperábamos con ansias una postal de un ser querido o que revelaran en un centro fotográfico, aquellas películas que hemos tomado con nuestra cámara analógica.
Hoy, debido a la facilidad que nos otorga la tecnología, podemos enviar una foto de lo que estamos comiendo, nuestro perro, un paisaje, un rostro, etc. Todo esto en un abrir y cerrar de ojos.
Pero ¿Cómo llegamos a estos avances? En primer lugar, debemos centrarnos en cómo surgió la fotografía.

Un 19 de agosto de 1839, un pintor llamado Louis Daguerre presentó ante la Academia de ciencia de Francia su último invento: el daguerrotipo. ¿De qué trata el mismo? El daguerrotipo es un elemento que permite captar una imagen mediante procesos químicos. Esta herramienta fue indispensable en la historia de la fotografía ya que dio inicio a la misma.
No podemos dejar de mencionar que Daguerre se encargó de perfeccionar la técnica de Joseph Niepce para poder llegar a lo que luego sería llamado, su invento.
El gobierno francés, quien se hallaba orgulloso del invento del pintor declaró que el 19 de agosto de 1839 la fotografía había sido inventada en París.
Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de fotografía? No podemos dejar de mencionar que más allá de ser una técnica y forma de arte que nos permite capturar imágenes empleando la luz y proyectándola sobre un medio sensible, trasciende todo tipo de entendimiento. Al ser arte nos lleva a entrenar nuestra percepción,visión e interpretación.
Muchas veces, vemos fotografías que pueden tener un mensaje estético para algunos y quizás para otros, sea solo una simple imagen.
La fotografía puede despertar el lado más bonito y más oscuro de una mente. Ya sea observando un paisaje en el cual hayamos estado o rememorando un momento trágico en nuestra vida.
Ahora bien ¿Para qué nos sirve la fotografía?
Hoy, la fotografía se ha vuelto un trabajo. Podemos tener en cuenta la fotografía publicitaria, de moda, documental, paisajista, científica, artística, entre otras. Muchos fotógrafos se centran en estas diversas ramas, en cambio otros, fotografían por simple afición e inclusive por pasión.
Para algunas personas, la fotografía se vuelve una forma de conexión con el mundo, un demostrar cómo estoy, donde estoy, lo que logré y lo que no. Y es allí, donde la fotografía se torna peligrosa ¿Cómo atraviesa nuestra realidad?
Diariamente entramos a las redes sociales y observamos a la fotografía como una forma de consumo. Selfies de personas que se muestran felices, fotos de cuerpos perfectos, fotos de personas en países donde ni siquiera han estado y todo ello, genera en su entorno una percepción de una vida que, probablemente no existe.
En otros casos, vemos medios de difusión, periódicos, donde nos muestran una parte de la realidad que, muchas veces, tomamos como válida sin siquiera cuestionarnos la autenticidad de la misma.
Entonces contemplamos que se dió un avance en el mundo de la fotografía, donde el valor se fue transformando, esto se puede dar debido a la facilidad que se tiene para capturar un momento, una situación en tan solo unos segundos.
Hace mucho tiempo atrás, era muy difícil obtener fotografías de hechos históricos, se necesitaba de una mirada crítica, de un fotógrafo capaz de lograr hacer un click en el momento exacto.
Si bien la fotografía fue mutando desde aquel 19 de agosto de 1839, cuando Louis Daguerre realizó un descubrimiento que cambiaría la vida de muchos.
En la actualidad, la fotografía se encuentra más presente que nunca, quizás frente a tus ojos esperando que enfoques y hagas un click para capturar aquella imagen que se vuelva arte en los ojos correctos.

































