Invitamos a todos los partidos e ideologías políticas a mirarse a sí mismos y a entender su construcción y su devenir como si fuese un cuento. Porque toda narración bien construida tiene hadas y dragones, errores y aciertos, sin importar cuáles sean sus postulados o valores.
Esta nota no responde a ninguna posición ideológica, sino a la creación de una buena historia. Porque una campaña política es eso: una historia sólida y convincente que invita a los lectores a pasar la primera página. El marketing llama a esto un “producto” que será vendido de forma atractiva para que un potencial comprador elija una marca y no otra. Para la literatura, este producto toma la forma de héroe. Ahora bien, ¿Qué tiene que ver esto con la política?
Joseph Campbell era un antropólogo estadounidense que estudió los relatos épicos y estableció una serie de estructuras por las que pasan todos los grandes protagonistas literarios. Grandes narradores y cineastas han incluido esta teoría en sus creaciones y bueno, los políticos también. Como figura pública que busca poder y notoriedad, ellos siguen las mismas etapas casi de manera cómica. Año tras año, elección tras elección, podemos ver un ciclo de personajes que se reinicia una y otra vez sin importar nombre o ideología.
En la primera etapa de esta hipótesis comienza el Había una vez del cuento. Nos encontramos en un mundo ordinario con un individuo desconocido, común y corriente, con habilidades e ideas que parecen incomprensibles al espectador pero que luego comenzarán a tomar forma (ideales que se convertirán en su identidad). Este personaje muestra poco a poco signos de convertirse en el más importante, el “elegido” del pueblo para obtener el objetivo final de la historia y liberar a la sociedad de los males que le aquejan.
En algún momento aparece un tormento, un enemigo mortal que encarna todos los pesares de su universo y parece imposible de vencer. Este último tiene seguidores fieles que son desagradables y arrasan todo a su paso. Para poder llegar a él, y vencerle, el héroe debe dejar su mundo ordinario y lanzarse a la aventura, recorrer nuevos caminos (*caminar la calle), conocer gente y seguidores, aliados y mentores que le acompañarán y formarán parte de su equipo.
Cuando intente pelear contra su contraparte por primera vez perderá, su inexperiencia y ambición le engañarán y se dará cuenta de que necesita entrenarse más, pero también encontrará los valores esenciales que deberá manejar para derrotar a su oponente, la clave que le hará ganar. Luego de mucho trabajo, sacrificio y mucho apoyo por parte de sus amigos, el héroe renacerá con las habilidades necesarias, listo nuevamente para la pelea, más fuerte que nunca. Y ganará.
Finalmente, nuestro personaje principal volverá a su mundo ordinario victorioso pero este mundo será planteado de forma diferente luego de su andanza. Sin haber cambiado mucho en esencia, ahora su contexto será de armonía, equilibrio y tranquilidad, orgulloso de haber derrotado el mal. Esta época de prosperidad sin conflictos que aquejan a la sociedad claramente no durará mucho, sólo 4 años, hasta que aparezca el próximo héroe, el “elegido” de su opuesto mundo ordinario, dispuesto a caminar la calle, ganar aliados y disputarle el sillón de Rivadavia.
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