¿Para qué vivimos?
Hay artistas que se vuelven un antes y un después en la historia; hay canciones que trascienden nuestra alma y permanecen en el tiempo.
La música tiene la magia particular de persistir y llegar a los lugares más recónditos de nuestros pensamientos pero, así también, hay voces que transmiten la felicidad y la agonía con tan solo unas notas.
El 14 de octubre de 1991, en Reino Unido, Queen lanzaba The show must go on, una canción que dejaría una marca en la historia del rock.
Espacios vacíos. ¿Para qué vivimos? Dice una de las frases de la canción escrita por Brian May para Freddie Mercury, destacando así el seguir adelante y teniendo en vista el inevitable final que se aproximaba en la vida del vocalista de Queen.
Freddie se encontraba en un estado muy avanzado de su enfermedad al momento de grabar el disco Innuendo, debido a ello, estaba muy debilitado, tanto, que sus compañeros decidieron que los falsetes y notas muy altas o agudas de los coros serían grabados por Roger Taylor.
La mayoría de los temas del disco donde se hallaba The show must go on fueron grabados con pausas en el medio e, inclusive, muchas de ellas, Freddie debió cantarlas sentado, ya que no soportaba el dolor.
Pero, al momento de grabar la última canción, The show must go on y con la predisposición de Taylor para grabar aquellas notas en las cuales Mercury no llegaba, el vocalista bebió un trago de vodka y dijo: «I’ll fucking do it, darling» (Lo haré, cariño)
Seis semanas antes de su muerte, Freddie optó por grabar esta última canción, la cual no tiene cortes, siendo así grabada en una sola toma.
Ahora, teniendo en cuenta esta historia, volvé a escuchar la canción, no te vas a arrepentir.