La clave: Aprovechar el tiempo
Alguien dijo en los medios que el mundo se tomó dos meses de vacaciones. Muchos podemos creer que esto es una locura y que las consecuencias económicas y sociales van a ser únicas en la historia mundial.
Les propongo olvidarnos de lo que vendrá y descubrir todo lo bueno que puede tener este momento único en la humanidad.
¿Quién no quiso tener tiempo para un proyecto personal, estar con la familia o disfrutar de su mascota?… Ahora tenemos ese tiempo. Es el momento ideal para trabajar en ese auto clásico que tenemos guardado en el garage para el que nunca había tiempo. Cuántas veces nos hemos enojado con ese amigo que sin piedad nos comenta al pasar: Vendelo, si sólo está ahí molestando y ocupando lugar.
Hace unos, una persona con la cual me comunico por temas laborales, me contó que al fin tuvo tiempo para armar un modelo a escala de un fórmula 1 que compró hace más de 20 años y que ni recordaba tener, al punto tal que su esposa fue quien le recordó su existencia y lo incentivó a hacerlo.
¿Se acuerdan cuando unos días atrás salíamos a las corridas de la oficina para llegar a buscar a los niños al colegio y llevarlos a fútbol?
Y de ahí a otras actividades mientras pasábamos por el supermercado para llegar a cocinar. Hoy la naturaleza o quizás el mismo ser humano en su egoísmo nos regala un freno a esa vida rutinaria en la que corremos para llegar a dónde nadie sabe.
Así, podría seguir con mil ejemplos como pintar la casa, sentarse a tomar mates a media mañana o mirar tele en la cama sin tener que madrugar.
Siempre pensamos en lo bueno que sería cortar la semana con un asado, aunque sea sólo para uno o poder estar en el patio un miércoles al sol. ¡Ahora se puede!
Estos cambios de vida nos van a demostrar qué es la verdadera convivencia. Cómo nos sentimos con los seres más cercanos. No es irreal lo que escuché por ahí de alguien que afirma que de este periodo salís agrandando la familia o divorciado.
¿Se acuerdan cuando unos días atrás salíamos a las corridas de la oficina para llegar a buscar a los niños al colegio y llevarlos a fútbol?
Y de ahí a otras actividades mientras pasábamos por el supermercado para llegar a cocinar. Hoy la naturaleza o quizás el mismo ser humano en su egoísmo nos regala un freno a esa vida rutinaria en la que corremos para llegar a dónde nadie sabe.
Así, podría seguir con mil ejemplos como pintar la casa, sentarse a tomar mates a media mañana o mirar tele en la cama sin tener que madrugar.
Sólo el tiempo dirá si hicimos lo correcto como humanidad en este tiempo y si supimos aprovechar esto para cargar energías, conocernos más y volver a la vida social un poco mejor de lo que supimos ser.