En mi nota anterior hablé del Tarot como código adivinatorio y como herramienta de comunicación hermética y política. Sin embargo, hay que dejar algo en claro.
«El futuro es algo curioso. Cada vez que lo miras, cambia porque lo miraste. Y eso cambia todo lo demás». La frase, absolutamente acertada, la dice Nicolas Cage, en NEXT (EL VIDENTE), un film de Lee Tamahori que aprovecho para recomendar. Y cito la película porque, si acudís al Tarot como a un vidente que te puede decir lo que va a pasar, siempre te va a decepcionar.
¿Qué es el Tarot? Para responder a esa pregunta te invito a leer mi nota anterior. Allí vas a encontrar contexto e información. Pero lo que hoy quiero agregar es algo que de verdad te puede ayudar.
Cuando no sabemos qué puede estar sucediendo con algo, los seres humanos empezamos a buscar respuestas donde podamos. Nada lo explica mejor que la Teoría del Rumor: ante la ausencia de información, la gente comienza a llenar ese vacío con hipótesis, respuestas posibles, que, al ser imposibles de comprobar, terminan convirtiéndose en rumores nacidos por necesidad (a diferencia de los rumores planificados… Ese es un tema totalmente diferente. Oscuro y condenable).
Esas respuestas posibles no comprobadas vienen a cumplir una función positiva: bajan un poco los niveles de ansiedad de un grupo social y lo ayudan a prepararse ante una posible realidad.
Consultar al Tarot como método adivinatorio viene a ser igual.
Ante una duda, sensación de inseguridad o necesidad de solución, muchas personas consultamos diferentes oráculos, y el Tarot es el más popular. Las combinaciones que se formen entre arcanos mayores y menores no deben ser interpretadas como una profecía terminante de «las cartas». El relato que los arcanos narren debe ser utilizado como lo que es: una visión de escenarios posibles, algo que tal vez esté sucediendo o pueda pasar.
El Tarot, como en la tarea creativa, tiene que funcionar como una herramienta que nos ayude a conectar ideas, sensaciones, y sacar conclusiones… La consulta con un tarotista profesional debe ser un espacio para reflexionar, generar pensamientos nuevos, encontrar salidas alternativas a la ansiedad o la inseguridad.
No confíen jamás en un tarotista que juegue a ser vidente. Porque nadie más que ustedes, si son conscientes, saben lo que pueden, lo que quieren y lo que les conviene.
Nadie es dueño de la Verdad. Tengan eso SIEMPRE presente.
Consultar al Tarot con un buen intérprete tiene que dejarles, como resultado, un rico panorama de escenarios posibles y alternativos, y resoluciones estratégicas para, en caso de que no te gusten, los puedas cambiar, y así moverte en escena como un protagonista creador e inteligente.
El Tarot, como método de adivinación, tiene que servirte para responder una pregunta simple: Y ahora… ¿qué vas a hacer vos?
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