El secreto mejor guardado de la cuarentena
Con un par de tragos en mano, pelucas, perreo y trescientas personas conectadas al mismo tiempo a través de plataformas de streaming, las conocidas fiestas nocturnas buscan volver al ruedo en pleno aislamiento.
Más de seis meses luego de haber estallado la pandemia del coronavirus en nuestro país el distanciamiento social obligatorio, incluso ante una apertura sectorizada en marcha, hace imposible el renacimiento de todos aquellos ámbitos en donde el número de personas era esencial para su éxito. Clases de deportes, danzas, colegios, teatros, cines y universidades son algunos de los ejemplos que primero invaden la mente, pero ¿Qué pasa con todas aquellas fuentes de entretenimiento nocturno como fiestas, bares y boliches? Su existencia es meramente imposible.
Actualmente, toda reunión social se encuentra prohibida y cada aglomeración de personas es, al mismo tiempo, clandestina y peligrosa ante la posibilidad de nuevos contagios. Con esto en mente, los típicos focos de ocio juvenil debieron reinventarse para poder encajar en la nueva normalidad: Ahora las fiestas son digitales.
¿Cómo funciona esta nueva modalidad? Muy sencillo, utilizando aquellas aplicaciones que se volvieron icónicas durante la cuarentena -lugares como Zoom o Google Meet-. La forma de ingresar al “boliche” es exactamente la misma, esperando en la fila de la entrada. Debido a que estos programas suelen tener un máximo de entre 100 y 150 personas por sesión, la gente nueva debe esperar a que se desocupen los lugares para ingresar a la sala. Allí dentro, la dinámica cambia por completo: de pronto y sin avisar, el living de casa se transforma en una pista de baile.
El ambiente puede parecer incómodo e impactante en un primer momento, repleto de desconocidos, hasta que el Dj aparece en una de las cámaras (cada tanto se alternan entre varios) para “arengar” a los participantes y levantar los ánimos. Entre canción y canción la sala de conferencias se completará, los asistentes comenzarán a servirse tragos con lo que tienen en su casa y el chat del evento se llenará de comentarios positivos, piropos y opiniones entre todos los desconocidos. Desde la habitación, el living o la cocina, se podrán ver, y llevar a cabo, las improvisadas coreografías de todos los jóvenes que, ya desinhibidos, comenzarán a jugar y a agarrar lo que tienen a la mano para divertirse. Pelucas, remeras revoleadas como ponchos y maquillajes excéntricos son algunas de las cosas que brindarán una sensación de comodidad para que cada uno pueda expresarse a su manera. Al finalizar, se vaciará la sala o, si la respuesta fue excepcionalmente positiva, se abrirá un after.
Hasta el momento, los emprendedores que idearon esta nueva forma de salir a bailar son realmente pocos . Fiestas conocidas como La Bresh se han sumado a la movida y nuevos nombres han surgido para hacerse un lugar. A Pura Cuarentena (APC) y CLAV son dos de las alternativas que mejor respuesta tuvieron entre el público. Se comenta que en poco tiempo, boliches de Palermo y Costanera comenzarán a transmitir también, sus versiones virtuales filmadas en vivo desde sus edificios originales. De esta forma, buscarían utilizar la acústica, luces y demás herramientas para enriquecer el clima de los eventos y volver, de a poco y con protocolos, a disfrutar de la tan querida noche argentina.
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