Educación y herramientas para el crecimiento profesional
En el camino desde la enseñanza media hacia el mundo universitario y la experiencia laboral, parte de valor incalculable en el paso a la vida adulta, hay habilidades que el día de hoy son esenciales. Comprender cómo utilizar de forma avanzada el idioma Inglés es la más infravalorada cuando se mira a la enseñanza media.
El salto de la escuela a la facultad y el trabajo es una de las situaciones que mayor temor infunde en un adolescente que acaba de volver de su viaje a Bariloche y se encuentra con un mundo de posibilidades para elegir su futuro. Independientemente de cual será la elección que tome o el momento en que lo haga, hay una serie de habilidades que están primeras en el ranking de importancia. Lectura y comprensión de textos, redacción, conocimientos básicos en estadística, lógica y matemática , así como manejo de programas como Office, redes sociales, etc, son aquellas que encabezan la lista. Los idiomas suelen pasar inadvertidos, sin saber que ellos son la llave del curriculum. ¿El secreto? Las medianas y grandes empresas de Argentina y del mundo buscan profesionales educados y creativos, capaces no solo de pasar por la vista favorable de Recursos Humanos, sino también de integrarse a un mundo que cambia todo el tiempo con un equipo que se mueve constantemente. Todas las herramientas para el trabajo se pueden enseñar desde una base mínima o nula, la capacidad de comunicarse no.
Si nos concentramos en buscar en Linkedin, Zonajobs, y diversas bolsas de trabajo, notaremos que, sin importar la postulación, hay un detalle que se repite en gran porcentaje: manejo intermedio/avanzado de Inglés.
En consonancia con lo anterior, toda primera entrevista tiene su “prueba“ de idiomas, esos entre 10 y 15 minutos (con mala suerte, la entrevista completa) de tener que hablar únicamente en inglés para demostrar expertise. Ahora bien, ¿Por qué en la escuela secundaria se sigue mirando a este lenguaje y su práctica como una “materia especial”?.
Ejemplos no acordes a la vida real y poca fluidez de la lectura y el habla son algunos de los desafíos que encuentra un joven promedio de enseñanza media. De hecho, para poder tener un buen manejo del mismo, quien desea practicar debe tornarse muchas veces a clases extra-curriculares para entrenarse en un conocimiento que puede posicionarlo de frente a un mundo socializado.
¿El problema? En la escuela se estudia de memoria con el tiempo justo para pensar las respuestas perfectas o buscarlas en el traductor de Google. En la vida real la charla, el ida y vuelta, y la equivocación existen y también son esenciales en una buena comunicación. En un intercambio directo no existe tiempo para mirar un libro o agarrar el celular, por lo que se aprende al tun tun, al contacto diario. El principal profesor es el día a día y la práctica, siempre y cuando se pueda mantener una conversación significativa y fluida entre los participantes. Practicar frente al espejo o con amigos, ver series en ingles sin subtítulos, buscar chats de intercambio intercultural o foros, videos, blogs, audios o libros son algunas de las actividades que pueden complementar el aprendizaje y enriquecer el conocimiento de esta bella lengua.
Con esto no queremos decir que se debe dejar de lado toda regla y orientar el idioma hacia una enseñanza exclusivamente Montesori. Lo importante es lograr una interrelación entre la teoría y una práctica cotidiana para que los conocimientos del programa no permanezcan por poco tiempo. De esta manera buscar que los adolescentes argentinos puedan, todos, tener el acceso a la llave maestra que les permitirá comunicarse a nivel global y crecer cada vez más en la rama profesional que elijan.
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