¿Qué mes tiene 28 días? Probablemente sea una pregunta muy fácil de responder. En cambio ¿qué año tuvo 445 días? O ¿cuándo existió un 30 de febrero? ¿Pueden responder con la misma seguridad que hace unos instantes?
El año de la confusión
El año 46 a.C fue un período de tiempo inusual en la historia del calendario romano, ya que duró 15 meses, lo que equivale a un total de 445 días, es decir 80 días más que un año regular de 365 días. Este año es conocido como «el año de la confusión» y fue una situación específica de la ciudad de Roma. Este curioso año fue el precursor del calendario juliano que se sigue utilizando en la actualidad, con algunos ajustes menores.
Desde su creación en el 708 a.C, la ciudad de Roma ha atravesado por varios cambios en su calendario. A partir del siglo V a.C, se adoptó el llamado «calendario republicano» que consistía en doce meses basados en la luna presentados en el siguiente orden: Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quintilis, Sextilis, September, October, November, December, Ianurius y Februarius. Es decir, son similares a los meses que usamos hoy, pero el año comenzaba en marzo, de modo que septiembre, octubre, noviembre y diciembre eran los meses número siete, ocho, nueve y diez, respectivamente, como sugiere la etimología de sus nombres.
En ese entonces, el calendario republicano romano solo tenía doce meses cada uno con 31 o 29 días, excepto febrero que contaba con 28 días; juntos sumaban 355 días. Con diez días menos que el año solar, había meses fuera de la temporada; dicho de otro modo, había meses que estaban fuera del ciclo de las estaciones. Para evitarlo, los romanos implementaron un sistema de compensación en el que cada dos años, se añadía al calendario un mes intercalar de 27 días llamado «Mercedonius«.
A pesar de los esfuerzos para sincronizar el calendario con el ciclo de las estaciones, el sistema de agregar un mes intercalar cada dos años aún presentaba inconvenientes: en los años con mes intercalar, febrero tenía 23 o 24 días. Entonces, los años tenían 355 días cada dos años y 377 o 378 en los demás con un mes intercalar.
Sin embargo, no siempre se cumplía de manera estricta el sistema de alternar entre años cortos y largos ya que la decisión de agregar o eliminar el mes intercalar recaía en los pontífices y los sacerdotes romanos. En algunas ocasiones, la decisión de implementar años cortos se tomaba con fines políticos: acortar o extender el mandato de un líder político.
Julio César como pontífice máximo omitió sistemáticamente que se añadiera el mes intercalar entre el 51 y el 47 a.C. debido a la guerra civil contra Pompeyo. Como resultado, la siembra se hacía durante los meses de verano y la cosecha en noviembre.
Mientras luchaba contra Ptolomeo y conquistaba el corazón de Cleopatra, Julio César se dio cuenta de la necesidad de reformar el sistema de calendario. Por eso, en lugar de confiar en los ciclos lunares, decidió encargar a Sosígenes, un astrónomo de Alejandría, la creación de un nuevo calendario basado en el ciclo solar.
Sosígenes propuso a Julio César adaptar el calendario romano al año solar. Se repartieron diez días más entre los meses existentes además de un día cada cuatro años para compensar el cuarto día adicional anual. Julio César aceptó y se creó un calendario con meses similares a los actuales; febrero tenía 28 días y cada cuatro años se le agregaba un día. Además, enero – en el que los cónsules romanos tomaban posesión de su cargo– se convirtió en el inicio del año en lugar de marzo.
Los años bisiestos
Julio César impuso un nuevo calendario que agregaba 3 meses intercalares al año 46 a.C, este calendario es conocido como «juliano».
El día suplementario de febrero fue ubicado inicialmente antes del 24 de febrero y numerado como 23 bis. El término «bisiesto» proviene de «bis sextus dies ante calendas martii», sexto día antes del mes de marzo. Por eso, los años con este día son llamados bisiestos. Más tarde fue trasladado al 29 de febrero.
Julio César poco disfrutó su calendario, ya que fue asesinado al año siguiente. Su sucesor, Marco Antonio, decidió cambiar el nombre del mes quintilis a Iulius, en honor al ex-emperador.
Octavio Augusto cambió el nombre de Sextilis a Augustus para perpetuar su nombre en la historia, e hizo que tuviera la misma cantidad de días que Julio, quitando un día más a febrero.
Si bien el calendario Juliano era casi perfecto tenía un desfasaje de 11 minutos por este motivo fue reemplazado el calendario Gregoriano, pero esta historia quedará para otra ocasión.


































